La pandemia aceleró los procesos productivos que incluyen automatización e inteligencia artificial (IA).
Esto plantea desafíos para los gobiernos para desarrollar una fuerza de trabajo con perfiles y habilidades para adaptarse a la transformación que tendrán los empleos que hoy existen.
Un informe del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) apunta que en Estados Unidos, entre el 20% y el 45% del tiempo de los funcionarios públicos se dedica a tareas que podrán ser automatizadas, y entre el 45% y el 60% corresponde a tareas que podrán ser complementadas por la tecnología.
En América Latina el 30% de la fuerza laboral de las administraciones públicas trabaja en ocupaciones con alto riesgo de sustitución tecnológica.
¿Qué es la inteligencia artificial?
En términos simples, inteligencia artificial (IA) se refiere a sistemas o máquinas que imitan la inteligencia humana para realizar tareas y pueden mejorar en forma repetitiva a partir de la información que recopilan. La IA se manifiesta de varias formas con el insumo de la Big Data. Algunos ejemplos son:
Los chatbots utilizan la IA para comprender más rápido los problemas de los clientes o usuarios y proporcionar respuestas más eficientes.
Los asistentes inteligentes utilizan la IA para analizar información crítica proveniente de grandes conjuntos de datos para mejorar la programación.
Los motores de recomendación pueden proporcionar respuestas automatizadas según las consultas de los usuarios.
La IA trata mucho más sobre el proceso y la capacidad de análisis de datos. Aunque la IA muestra imágenes de robots de aspecto humano de alto funcionamiento que se apoderan del mundo, la IA no pretende reemplazar a los humanos. Su objetivo es mejorar significativamente las capacidades y contribuciones humanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario