Juicio por la Masacre de Curuguaty
Llego la sentencia.-
Fue el ánimo, fue la esperanza,
fue la marcha. Llego la sentencia. Así
inexorable, sin dejar espacio para la sorpresa, cumpliendo el sino del destino
de los vulnerables. Negación de
justicia, reafirmación del stronismo mostrando su cruel rostro de Poder Real.
Claramente llego el mensaje desde
el estrado de los jueces; “…acá no
importan las opiniones de las iglesias, de los clubes de futbol, de las
organizaciones sociales, de los políticos.
Este tribunal se rige con la verdad del proceso. Las opiniones de quienes no forman parte, son
eso opiniones. Luego de casi un año de
juicio, con más de 190 testimonios, las “pruebas” aportadas por la fiscalía,
nos lleva a la siguiente resolución…”. A
partir de estas palabras, cayó la sentencia, confirmando las condenas altísimas
en años, ignorando todos los argumentos de las defensas, sepultando la
esperanza, ya no de absolución, si no de condenas más bajas.
Y fueron los gritos, la bronca,
el estallido desesperado. Especialmente
de aquellos, que sufrieron en sus cuerpos las torturas, las cárceles eternas, y
que aún siguen acompañando las luchas poniendo
todo.
Ahora es tiempo de absorber el
golpe, en un intento desesperado por torcer el destino fatal que ya estaba
escrito desde antes de la Masacre. Los
Campesinos son culpables, de matar policías y a sus propios Compañeros.
La insólita versión de la
fiscalía, absurda, incoherente, fuera de los mínimos parámetros jurídicos,
fundamentado en testimonios de policías extorsionados por sus jefes, es la
“verdad” real. Es el fundamento de este
escándalo social, que se enorgullece de su inseguridad jurídica.
Hoy, ahora, dentro de la sala de
juicio, permanecen en un gesto de rebelión civil, 25 personas que acompañaron a
los procesados, fuera del palacio, el aguante militante, que asume gestos
dramáticos, huelga de hambre, hoy uno, mañana otro, pasado otro. En el fondo, todos y todas saben que estos
gestos no van a torcer la sentencia ya dictada.
Los abogados defensores,
forcejearon a los empujones contra los policías, las Mujeres les gritaron en la
cara las verdades de corrupción, de narco política, de prevaricación como
método en la justicia de Paraguay, la maldad encarnada en la fiscalía, la
subordinación de los Poderes del Estado, ante el mandato de los latifundistas,
ladrones de tierras, (más de 8.000.000 hectáreas) traspasadas durante la
dictadura de stroessner, que nunca volverán a ser tierras fiscales destinadas a
la reforma agraria.
Empieza una etapa de recursos,
quejas, impugnaciones, nulidades, herramientas que serán evaluadas por los
otros stronistas, de los otros juzgados, en medio pasaran años entre un pedido
y otro. Y luego las instancias
internacionales…
Demasiado tiempo, para estar
preso, esperando…
Así y todo, algo bueno va surgir,
cuando los desesperados pierden la esperanza, nace la creatividad o la
violencia. No hay espacio para la
violencia.
Les renovamos a los Campesinos,
la seguridad de que seguiremos apoyándolos, luchando contra la invisibilidad de
este drama.
TODOS SOMOS CURUGUATY// TODOS
SOMOS LOS CURUGUATYS QUE DIARIAMENTE SE REPITEN EN LA PATRIA GRANDE. NO NOS VENCERAN!!!
Asuncion-Paraguay-
Angel Fernandez Schejtman- 11/07/2016
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