El 7 de julio, EEUU autorizó un nuevo tramo de ayuda militar a Kiev que incluye municiones de racimo. Esta decisión no cambia en nada la trayectoria de la crisis ucraniana que, como muestra la situación actual, apunta a una decisiva victoria rusa, un resultado que el mandatario estadounidense, Joe Biden, no está dispuesto a aceptar.
Con un costo total de unos 800 millones de dólares, su ayuda militar también incluye vehículos de combate Bradley y Stryker, misiles de defensa antiaérea y equipos antiminas, así como cientos de miles de municiones convencionales mejoradas de doble propósito (DPICM en inglés, municiones de racimo) de artillería de 155 mm, las M864.
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