03 febrero, 2010

Hoy America, nos duele.-ICUF FEDERACION DE ENTIDADES CULTURALES JUDIAS DE LA ARGENTINA

ICUF
Idisher Cultur Farband
FEDERACION DE ENTIDADES CULTURALES JUDIAS DE LA ARGENTINA

En América Latina vivimos momentos contradictorios; por un lado, esperanzadores: las ricas y variadas gamas de experiencias de contenido popular y democrático de los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Bolivia, El Salvador , Nicaragua, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil; por otro lado, y no tan esperanzador, lo que se está gestando hacia el interior de nuestro continente, lo cual responde a la nueva /vieja estrategia imperial de dominación cuyas próximas batallas estarán centradas en la lucha por los recursos naturales, la comida y el agua fundamentalmente.

Sucede actualmente que el cambio de administración en EE.UU. parece haber generado una ola de confiada expectativa, haciendo creer que llegaba algo verdaderamente diferente. Efectivamente, el rostro era (es) otro, pero el establishment (los que deciden, el complejo industrial–militar–petrolero), es el mismo: Barak Obama es premiado con el premio Nobel de la Paz y lo recibe enviando 30.000 soldados a la guerra en Afganistán.

Los proyectos hacia América Latina siguen siendo los mismos, los métodos, otros. A continuación enumeramos algunos actos de esta nueva forma de avanzada de la derecha: Se instalan bases en el acuífero Guarani y la Triple Frontera ; luego de 58 años la IV flota estadounidense comienza a patrullar el Atlántico; se destituye a un presidente electo democráticamente en Honduras y luego de un tiempo de jugueteo los EE.UU. convalidan la salida electoral legalizando esta nueva forma de golpe; se instalan bases militares en Colombia y Panamá; hay continuidad del bloqueo a Cuba y pese a las promesas de Obama no se desmantelo la base de Guantánamo.

Si a estos elementos les sumamos una recomposición de la derecha, y aún más provocadores que antaño, le sumamos el proceso de concentración económica por el cual la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen se ensancha y la actividad de maceración ideológica de los medios masivos de comunicación, nos encontramos ante un panorama poco alentador.
Está claro que en América Latina, cualquier medida que aparezca como “reformista”, inmediatamente se convierte en “revolucionaria” ante las inequidades existentes para los sectores populares y la codicia y voracidad ilimitada de las clases dominantes.

Desde los secesionistas de la Media Luna boliviana hasta el paramilitarismo narcotraficante de Colombia; desde los herederos de Pinochet chilenos a la alianza patronal rural con medios de prensa argentinos; desde los proto-golpistas paraguayos a la tradicional clase dominante brasileña, el escenario que se va conformando es el de una derecha moderna y conservadora –nostálgica de los ´90, cuando no de los ´70- que aspira a recuperar el terreno perdido. Es así que participa de las elecciones con todo su poderío y no vacila en recurrir a mecanismos corporativos con ánimos destituyentes atrincherándose en las instituciones de una democracia parlamentaria ineficaz a la hora de resolver los problemas acuciantes del pueblo o de apelar a las viejas prácticas de la violencia organizada por medio del tradicional golpismo militar.

En la Ciudad de Buenos Aires el PRO y el Ingeniero Mauricio Macri nos están mostrando cuál será la composición de los futuros gabinetes: desde "Fino" Palacios con la escuchas, Ciro James espiando docentes, al ex Ministro de Educación Aníbal Posse quien reivindica públicamente el Proceso de Reorganización Nacional, o a Diego Guellar que pide amnistía para los genocidas: todos ellos con pasado oscuro y antidemocrático.

Nuestra preocupación pasa por el meridiano de la institucionalidad republicana, porque que no queremos ni podemos avalar que sea utilizada falázmente para vaciar de contenido a la democracia ante la ausencia en muchos de nuestros países de alternativas políticas genuinamente progresistas, ya que lo existente navega entre la dispersión, el hegemonismo y la mezquindad, o en fórmulas que se han vaciado de su real contenido.

El verdadero progresismo necesita reformularse imperiosamente. Ante las propuestas lavadas y asépticas es imprescindible que construyamos un nuevo proyecto que recupere las viejas tradiciones culturales del compromiso, la abnegación y la militancia, y le sume los condimentos ineludibles de lo latinoamericano, ambiental, democrático, transformador, unitario, popular y alternativo a las propuestas ya cristalizadas; que reúna en su profundidad, extensión y amplitud a todas y todos los que soñamos con la Patria Grande de Bolívar, San Martín, el Che, Martí, Sandino y Artigas; que se vuelva capaz de convocar a todos los movimientos sociales, culturales y políticos con vocación y decisión, de transformaciones profundas.

Los proyectos de emancipación requieren de la coordinación de los movimientos populares en las cuestiones de fondo y de la integración latinoamericana en los temas estratégicos.

La riquísima experiencia del Frente Amplio uruguayo de unidad en la diversidad constituye una mirada en la cual podemos identificarnos. Saludamos a Evo Morales y a José “Pepe” Mujica, así como a sus pueblos por sus recientes éxitos electorales.

La tragedia de Haití, tan terrible en si misma, es la misma que con menos espectacularidad, demuele diariamente al mundo subdesarrollado. Así es como se disfrazan las mezquinas ambiciones bajo la apariencia de una mal disimulada “ayuda solidaria” llevada por lo general curiosamente a cabo por militares cuya formación apunta precisamente a lo contrario. Haití hoy sufre también una nueva calamidad: la virtual ocupación de su territorio y sumisión de su soberanía a manos de tropas de países extranjeros, bajo el falaz eufemismo de la ayuda humanitaria.

Alertamos que las campañas de prensa difamatorias en América y en nuestro país, contribuyen a este clima destituyente. Instamos a no caer en el facilismo de esta prédica: los gobiernos han sido legítimamente electos, y estos son los que deben conducir los destinos de cada país, hasta terminar sus mandatos.
Sostengamos las instituciones que tantos dolores nos ha costado conseguir.

Toda situación política o social es inédita: nunca nada se repite dos veces. Ni actores ni contextos son los mismos aunque se parezcan. Alguien dijo: "El monstruo no esta muerto, sino que sólo está dormido".

América Latina lucha; América Latina sueña; América Latina trabaja y construye lo nuevo. El neoliberalismo –adquiera la forma que adquiera- está caduco: es decadente. No nos asustan los desafíos, son parte de nuestra responsabilidad. Pecamos de optimistas y confiamos en el cambio, aunque sabemos que esas transformaciones serán obra de nosotros mismos y no dádiva de nadie. Vamos por los sueños de nuestros pueblos y naciones: justicia, emancipación, democracia, libertad.


Prof. DANIEL SILBER Sr. MARCELO HORESTEIN
Presidente Secretario

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