-- Revista Insurreción N° 412 --
Febrero 2014
INDICE:
El Aporte de los Cristianos Revolucionarios Revista Insurrección
Cuatro Preguntas Sobre la Esquiva Paz Ulises G.
Mis Recuerdos de Camilo [Segunda Parte] Radio Nacional Patria Libre - RANPAL
Locomotoras Contra el Medio Ambiente Luis Carlos Guerrero
La Teología en Camilo Frente Internacional Milton Hernández
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Si vivieran, Camilo Torres hubiera cumplido 85 años el 3 de febrero, Manuel Pérez cumpliría 71, el 9 de mayo, y Domingo Laín completaría 74, el 16 de marzo.
Camilo murió el 15 de febrero de 1966, recién cumplidos los 37 años. Manuel murió el 14 de febrero de 1998, con un poco menos de 55 años. Y Domingo murió el 20 de febrero de 1974, a la edad de 34 años.
Todas fueron muertes prematuras, como las de Bolívar y el Che Guevara, quienes murieron a los 47 y 39 años respectivamente. Al ser guerreros todos, “murieron en su ley”, en combate o abatidos por enfermedades fulminantes.
El ramillete de curas guerrilleros, hace parte de los Padres fundadores del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que se completa con José Antonio Giménez Comín, Diego Cristóbal Uribe Escobar, Bernardo López Arroyabe, José María Becerra y muchos otros y otras, quienes con su testimonio como cristianos revolucionarios, aportaron su existencia o aún siguen entregando sus vidas, a la causa de la liberación de los más pobres y explotados.
I
Entregar la vida ha sido el primero y más valioso aporte, que han hecho los cristianos revolucionarios, tanto en Colombia, como en todo el mundo. Desprendimiento que propulsa la lucha del pueblo pobre y trabajador, a la vez que enseña a las iglesias el camino del servicio a las mayorías oprimidas, en un cuestionamiento al sector tradicionalista, que por siglos, ha estado del lado de los poderosos de la tierra.
Domingo Laín en Proclama pública, del 15 de febrero de 1971, explicó su compromiso como cristiano revolucionario.
“Siguiendo un imperativo moral, nacido de la conciencia de no pertenecerme a mí mismo como revolucionario, sino a las masas explotadas de Colombia y a las de todos los países oprimidos, a la vez que respondiendo al carácter público, que en nuestra sociedad reviste la función sacerdotal, cumplo con un deber de orientador del pueblo, al incorporarme a las guerrillas del ELN, a su línea de acción y a sus programas político-sociales.
Opté por la revolución socialista, porque es el único medio de arrancar desde su raíz las causas de la explotación, de la alienación individual y colectiva; porque sólo una sociedad construida sobre las leyes económicas, políticas y sociales de justicia, puede hacer pasar de la utopía a la realidad, el anhelo de la fraternidad de los hombres y entre los pueblos, imperativo fundamental humano y por lo tanto, cristiano”.
II
Antes de entroncarse con las minorías dominantes y de encerrarse en intereses de Estado, las iglesias y en particular la dirigida desde El Vaticano, fueron una guía para la lucha liberadora de los esclavizados y sometidos del mundo. Origen progresista que ha sido rescatado, gracias al resurgimiento del cristianismo revolucionario.
Cuando Manuel viajó a Roma, en julio de 1996, para ser ordenado sacerdote por el Papa, aprovechó para visitar las Catacumbas, donde los primeros cristianos se refugiaban, para resguardarse de la persecución del Imperio romano. Años más tarde, Manuel relató a María López Vigil este regreso a los orígenes.
“Las Catacumbas me impresionaron mucho, me interesaron. Ahí vi cómo empezó el cristianismo, algo clandestino, conspirativo. Y hoy, aquí en la guerrilla, pienso muchas veces, que estamos viviendo las Catacumbas en las condiciones de ahora. Estas también son Catacumbas, así serían aquellas. Y después, viendo esos túneles que hicieron los vietnamitas cerca de Saigón, pensé lo mismo, ¡idénticas pues! Otras Catacumbas, pero la misma lucha”.
III
En vida de Camilo, las iglesias comenzaron a dar un viraje, que dio gran valor a la lucha por la dignidad humana, en una renovación que las llevó a confluir con el humanismo marxista, creando un puente, al que se le llama Diálogo entre cristianos y marxistas, el que surge gracias al florecimiento del cristianismo revolucionario. Aporte que Camilo analizó en su Mensaje a los comunistas, de septiembre de 1965.
“Yo he dicho que soy revolucionario como colombiano, como sociólogo, como cristiano, como sacerdote. Considero que el Partido Comunista tiene elementos auténticamente revolucionarios y, por lo tanto, no puedo ser anticomunista ni como colombiano, ni como sociólogo, ni como cristiano, ni como sacerdote”.
IV
Ayer como hoy, en Colombia y en el mundo, una elite minoritaria captura el Estado, para gobernar a favor de sus intereses. Situación de corrupción de la política, que merece una crítica radical por parte de los cristianos revolucionarios, como Camilo, quien además avanzó en proponer soluciones, que renuevan el quehacer político desde la izquierda.
La solución la centra Camilo en la toma del poder por el pueblo, para gobernar al servicio de las mayorías. Aporte que lo concreta, en lo que Everardo Ramírez Toro llama la Metodología Camilista: Trabajar por la base, confiar y aprender del pueblo, los intereses del pueblo son superiores, la unidad popular en medio de la diversidad, planificar la acción transformadora. Y frente al extendido cáncer de la subordinación de los políticos ante el dinero, Camilo dejó trazado un camino alternativo.
“En ocasiones puede llegar a ser más valiosa la pequeña ayuda de un revolucionario pobre y esforzado, que la ayuda interesada, sin convicción, de otras personas”.
V
Los cristianos revolucionarios fundamentan el recurso del uso de la fuerza, en los principios de la guerra justa, que considera injusto al agresor y valora las acciones de defensa como justas.
Camilo en sus Mensajes develó la máquina violenta, con que la oligarquía somete al pueblo colombiano. A los campesinos les dijo quién inició la agresión.
“El gobierno fue el iniciador de la violencia, desde 1947 es el que la produjo con la policía primero y con el ejército después, desde 1948”.
A los presos políticos les hizo un vehemente llamado.
“Yo ya he dicho que es un deber de los revolucionarios no dejarse asesinar. Que si los persiguen en las ciudades nos iremos a los campos, en donde estaremos en igualdad de condiciones con los enviados de la oligarquía. Desgraciadamente, no todos los revolucionarios pueden ni deben tomar esa medida extrema”.
Manuel decía que su participación en la guerrilla, no era para matar, sino para defender la vida del pobre. Por su parte, Camilo en respuesta a un documentalista francés, fue perentorio al decirle a la oligarquía, que era ella, quien debía escoger, por qué vía le iba a entregar el poder al pueblo.
Cuatro Preguntas Sobre la Esquiva Paz
Ulises G.
¿Cuáles son las intenciones de Santos frente a la mesa de diálogo con la guerrilla?
Los grandes medios de comunicación afirman con recurrencia, que la principal carta de Santos para la reelección es la paz, es decir, que el proceso de paz está en función de la reelección del actual presidente. Esto es una verdad a medias.
El principal interés del régimen, en cabeza de Santos, es el impulso al modelo económico, fundamentado en la locomotora minero-energética y la agroindustria de monocultivo. La reelección es un medio, para avanzar en el diálogo con las guerrillas, y así superar los obstáculos que el conflicto social, político y armado le pone al avance de este modelo económico. Las cifras de estancamiento de la locomotora minero-energético evidencian el peso de estos obstáculos.
Por otro lado está Uribe y los sectores cercanos a éste, -quienes también son parte orgánica del régimen político, de la misma forma que la fracción de Santos- que plantea un distanciamiento con la Solución Política del Conflicto (SPC), aunque converjan en el objetivo de aumentar la productividad del modelo agroindustrial y minero extractivo.
Es evidente que el régimen no tiene una única política de paz, y que las mesas de diálogo con la insurgencia, no responden a un honesto interés por superar las causas estructurales del conflicto, sino a una táctica para rectificar el camino de la acumulación.
Esto hace que sea incierta tanto la continuidad y eficacia del diálogo, debido a una voluntad variable del régimen, que lo lleva incluso hasta atentar contra él, con las “chuzadas” hechas desde fachadas de inteligencia, como con el cumplimiento de los eventuales acuerdos a los que se pueda llegar en ésta.
¿Cómo interactúan el proceso de diálogo y los diferentes escenarios electorales?
En la campaña electoral Santos dice que la seguridad es la paz definitiva, y Uribe sigue diciendo que la solución es el sometimiento y desmovilización de la insurgencia. Por esto la salida ideal en este momento, sería la constitución y triunfo de una candidatura de centro izquierda, distinta a Enrique Peñalosa, que permita continuar y profundizar el proceso de SPC y que le permita al país sintonizarse con los avances continentales.
Hay que reconocer las dificultades de este camino ideal, para no amarrar la SPC a un triunfo de un candidato u otro en las elecciones presidenciales. No hay que hacerle campaña a Santos para garantizar la continuidad del proceso, en medio de especulaciones sobre un eventual triunfo de los seguidores de Uribe.
¿Cómo juegan frente a la paz el movimiento popular, la comunidad internacional y los gringos?
El movimiento popular ha levantado históricamente la consigna de solución política y paz con justicia social y dignidad. La masacre y persecución con que el régimen ha intentado eliminarlo, hizo que la fuerza de dicha consigna se silenciara, al tiempo que los ruidos de la guerra y de las moto sierras paramilitares subían de volumen. Hoy, el auge de las luchas populares vuelve a poner en alto la bandera de la paz con justicia social y participación de las clases populares.
Hoy el escenario latinoamericano es una de las grandes ventajas y diferencias respecto a otros momentos de búsqueda de la SPC. Estamos en un punto de mayor distanciamiento de los pueblos latinoamericanos respecto al imperialismo gringo. La exitosa cumbre de la CELAC en Cuba, es símbolo de dicha ruptura, así lo evidencia, la declaración de “América Latina como territorio de paz”, y el apoyo de diversos países al proceso de SPC; estos son factores que hacen más sólido el proceso y que ejercen una poderosa presión sobre la oligarquía colombiana.
El lanzamiento de la Plataforma reconciliación Colombia el pasado 5 de febrero, conformada por sectores empresariales, medios de comunicación y actores internacionales, para impulsar la reconciliación y la construcción de paz desde las regiones, enriquece los caminos de búsqueda de la SPC.
¿Por qué va la guerrilla a la mesa de diálogo?
Como ELN siempre hemos estado por una salida no militar al conflicto social, político y armado que vive el país, desde hace más de 60 años. Supeditamos la acción armada a los objetivos políticos, y hemos optado por las armas, debido a la antidemocracia impuesta al pueblo por la oligarquía y el imperialismo.
Es nuestro deber, si la sociedad colombiana clama por paz, obedecer y buscar por todos los medios una salida incruenta al conflicto, y abrirnos a la construcción de un país diferente, con la participación de las grandes mayorías.
El gobierno de Santos ha dado un viraje táctico con respecto del gobierno de Uribe, al plantear la disposición de abrir una mesa de diálogo, por lo que nos disponemos a explorar este camino, y proponemos “Parar la guerra para construir la paz”.
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