A medida que las dos fuentes principales de agua del estado estadounidense, el agua subterránea y el río Colorado, disminuyen debido a la sequía, el cambio climático y el uso excesivo de agua, los funcionarios consideran una medida hidrológica desesperada: la construcción de una planta en México para extraer sal del agua de mar y luego canalizar esa agua cientos de kilómetros, la mayor parte cuesta arriba, hasta Phoenix.
La idea de construir una planta desalinizadora en México se ha debatido en Arizona durante años. Sin embargo, ahora, un proyecto de 5000 millones de dólares propuesto por una empresa israelí se está considerando seriamente, una señal de cómo las preocupaciones sobre la escasez de agua están inquietando a los políticos en Arizona y en todo el oeste de Estados Unidos.
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