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En momentos en que llegaba a la embajada de Turquía en Washington, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se topó con una protesta pacífica contra su política autoritaria delante de la sede diplomática.
En momentos en que llegaba a la embajada de Turquía en Washington, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan se topó con una protesta pacífica contra su política autoritaria delante de la sede diplomática.
Estimando que entre los manifestantes pacíficos había militantes favorables a la causa de los kurdos, a los que Ankara cataloga como «terroristas», el servicio de seguridad de la embajada salió a «defender» al presidente Erdogan, dando con ello lugar a una riña que dejó como saldo una decena de heridos.
Sin saber cómo actuar ante un servicio de seguridad que cuenta con inmunidad diplomática, la policía se limitó a separar a los contendientes. Dos diplomáticos turcos detenidos mientras molían a golpes a los manifestantes fueron liberados en cuestión de minutos.
Después del incidente, el Departamento de Estado convocó al embajador turco, quien mantuvo su propia versión de lo sucedido afirmando que los guardias de la embajada se vieron obligados a garantizar la protección del presidente Erdogan, supuestamente «atacado» por «terroristas».
Varios miembros del Congreso estadounidense, como el senador John McCain, han solicitado la expulsión del personal diplomático turco implicado en la riña. Por su parte, el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, ha pedido a Washington que retire a su enviado especial para el conflicto sirio, Brett McGurk, a quien acusa de respaldar a los «terroristas» kurdos.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Ed Royce, escribió al fiscal general y al secretario de Estado para solicitarles la adopción de medidas.
Un video grabado durante los hechos demuestra que el presidente Erdogan ordenó e incluso observó la golpiza propinada a los manifestantes.
Después de haber violado sus propios compromisos hacia la minoría kurda, el presidente Erdogan violó unilateralmente la tregua pactada entre Ankara y el partido de los kurdos turcos (PKK) y actualmente aplica una dura represión contra los militantes kurdos.
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