30 enero, 2020

Seguridad, Inseguridad- Decíamos hace 7 años

Decíamos hace 7 años...
Paraguay Vive!!!- AM 1010 Onda Latina Jueves de 14 a 15- Editorial 24/01/2013-


La Verdad, no es la realidad.-
Todo el tiempo, si prestamos atención en la información que recibimos a diario, la frontera entre verdad y realidad, se hace difusa. No es lo mismo.
La realidad, es lo que pasa, el hecho concreto, la verdad es más profunda y puede estar compuesta por una realidad, o varias, y por el resultado de la observación del conjunto, los datos históricos, el contexto.
La inseguridad, es una realidad, tiene mil caras, todo el tiempo se reinventa de acuerdo a las distintas manifestaciones que tome. Pero la que más nos pega es la del delito, claro “es difícil, dicen los expertos”, unos relatan la realidad, otros la interpretan, algunos hacen consignas, asumen posiciones a favor o en contra…¿de que?, de la inseguridad?.
Esta inseguridad no es exclusiva de tal o cual país, en nuestra Patria Grande es casi igual para todos, las dictaduras, el saqueo a nuestras economías, la devastación de los recursos naturales, la implementación de un sistema neo liberal que trasciende lo político y económico, para ser una verdadera cultura, cuyo eje es el consumo. Ese mismo neoliberalismo que se jugó a la especulación global, contra la producción y el trabajo como conductor de la distribución de la riqueza. Nos ha dejado la resaca, esa resaca es la desintegración de la red comunitaria, los millones de desplazados del aparato productivo se amontonaron en las periferias de la decencia humana.
Es un proceso que lleva más de 30 años, ya no queda ni el recuerdo de la relación trabajo/bienestar, generaciones sin rumbo, esquemas familiares destruidos. El “salvarse” a como dé lugar, es la premisa.
Hoy, los victimarios y sus laboratorios de psicología social, no convencen de que todo es culpa de la droga, del crimen organizado, del “terrorismo”, claro no vamos a negar que esto existe. No podemos ignorar que ese tipo de delito se sostiene desde los estados, ya no podemos negar que los mismos que tienen que combatir esa “inseguridad”, son los que se llenan los bolsillos y mejoran sus vidas a costa de las víctimas.

Entre tanta noticia horrorosa no queda espacio para la observación, leemos: “…violan y torturan salvajemente a una menor de 14 años. Un grupo de entre 4 o 5 mayores, atacan por venganza a una niña en Coronel Pringles, Argentina.”. Resulta que la niña, de 14 recién cumplidos, hace 7 meses había perdido un embarazo de 6 meses, que un noviecito se había suicidado y los familiares se la agarraron con ella. Nadie preguntó, que pasó cuando esa niña, apareció embarazada a los 12 años, ¿su mamá, su papá, un hermano un vecino, alguien intervino?, no, nadie, ahora la madre pide justicia al estado, está bien, pero y su propia responsabilidad de soltarle la mano a una criatura que está viviendo dramas de terror, nadie reflexiona…
Hoy tenemos padres de 4 hijos a los 17 años, mamás de 12 años.
Esta realidad, es de Paraguay, Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, Brasil, todos lo estamos sufriendo. Mientras tanto, los Estados compran planes antidrogas, millonarios en dólares, cuando el porcentaje de adictos al alcohol, a los fármacos, son mayoritarios, nos convencen de que hay que gastar en armas, en tecnología por que vienen los “malos”.
Algo hay que hacer, se rompieron los códigos, porque ya no se puede seguir escondiendo bajo la alfombra a millones de pobres, abandonados a su suerte, condenados a una realidad “tumbera”.
Paradoja de la realidad, los beneficiarios del neoliberalismo, son víctimas de su bienestar, no hay policía que alcance para asegurarles el disfrute, las cárceles están abarrotadas, las villas, favelas, bañados, también.
En Paraguay, inventaron todo un esquema de “seguridad” que se empecina con el micro trafico, eufemismo para definir a “persona desesperada” que hace lo que sea para darle de comer a sus hijos, o para volarse la cabeza y no sentir más la “verdad” que los condena. Se pueden ver operativos, con cientos de policías, fiscales, medios de comunicación, para detener a una mujer enferma, madre de 11 hijos, con el “botín”, 100.000 guaranies.
Angel Fernandez Schejtman-
Primeiro Comando Central-Brasil

Una entrevista novelada pero, que habla de la Verdad y la Realidad

Diario O Globo de Brasil en su separata Segundo Caderno, publicó una ’Entrevista a Marcola del PCC’. El es Marcos Camacho, jefe de la banda carcelaria de Sao Paulo denominada Primer Comando de la Capital (PCC).
¿Usted es del PCC?
Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnostico era obvio: Migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía... ¿Qué hicieron? Nada.
¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las fabelas de los cerros o en la música romántica sobre ’la belleza de esas montañas al amanecer’, esas cosas... Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social ¿Vio? Yo soy culto. Leo al Dante en la prisión.
- Pero la solución sería...
¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de ’solución’ ya es un error. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una ’tiranía esclarecida’ que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice.
¿O usted cree que los chupasangres no van a actuar? Si se descuida van a robar hasta al PCC. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal del país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta conference calls entre presidiarios...) Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.
- ¿Usted no tiene miedo a morir?
Ustedes son los que tienen miedo a morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva ’especie’, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común. ¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja...!
Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo al Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escuchan las grabaciones hechas ’con autorización’ de la justicia? Es eso. Es otra lengua. Está delante de una especie de post miseria. Eso. La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes. Mis comandados son una mutación de la especie social. Son hongos de un gran error sucio.
¿Qué cambió en las periferias?
Plata. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio... ¿Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y ’colocado en el microondas’. Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38.
Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en ’super stars’ del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos ’globales’. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros ’clientes’. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos.
- ¿Pero, qué debemos hacer?
Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a ’los barones del polvo’ (cocaína)! Hay diputados, senadores, hay generales, hay hasta ex presidentes del Paraguay en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata? No tienen dinero ni para comida de los reclutas. El país está quebrado, sustentando un estado muerto con intereses del 20 % al año, y Lula todavía aumenta los gastos públicos, empleando 40 mil sinvergüenzas.
¿El ejército irá a luchar contra el PCC? Estoy leyendo Klausewitz, ’Sobre la Guerra’. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros... solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó en eso? ¿Ipanema radiactiva?
Pero... ¿No habrá una solución?
Ustedes sólo pueden llegar a algún éxito si desisten de defender la ’normalidad’. No hay más normalidad. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero ser francos, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida.
Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: ’Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno’.
O Globo / La Haine
Mientras tanto;  decenas de muertos y heridos en ataques de narcotraficantes brasileños a autobuses y puestos de policía



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