2 de Abril de 1982- 2
de Abril de 2020
Amaneció el 2 de Abril
con la noticia, Argentina recuperó las Islas Malvinas, desde los
medios se llamaba a la Plaza de Mayo para apoyar la gesta, del
Gobierno de la Dictadura, el Presidente era Galtieri.
La sensación de
incredulidad y desconfianza fue lo primero que asomó, …como podía
ser, que los milicos se mandaran esto?, eran socios del Imperio,
aliados, estaban mandando gente a Centroamérica para combatir en
contra de los Pueblos de el Salvador y Nicaragua, acá las
desapariciones no paraban, el “aporte” fue instruir y ejecutar,
torturar, sabotajes, asesinatos, enseñaron la forma de combatir que
mejor les salía.
Una mezcla de sensaciones
y emociones intensas se sentía en el aire, pasado el tiempo y ante
la certeza de la toma por parte de Argentina, (raro esto de sentir
que pertenecíamos, a la Argentina, cuando en realidad éramos una
Nación “ocupada”) en las conversaciones de barrio, surgía el
alivio de saber que los milicos se iban a entretener con otro hueso,
por un rato, fue el tiempo de las evaluaciones políticas, del
significado de esta “guerra”, que nos ponía entre la espada y la
pared, ya que por más repudiable que fuera el gobierno, la Causa
Malvinas era de tod@s.
Fuimos miles a la Plaza,
la misma que nos fuera negada apenas días antes, el 30 de marzo de
1982, decenas de miles de personas respondieron a la convocatoria de
la CGT-Brasil para exigir democracia en la Plaza
de Mayo y varias otras ciudades del país. La
movilización generó una severa represión, con miles de detenidos y
un grave deterioro del régimen militar.
“El 27 de abril de 1979
"Los 25" declaran la primera de una serie de huelgas
generales contra la dictadura. En noviembre de 1980 "Los 25"
reconstituyen la CGT pese a su ilegalización explícita, siendo
conocida como CGT-Brasil. El 22 de julio de 1981 se realizó la
segunda huelga general contra el gobierno militar declarada ahora por
la CGT-Brasil. El 7 de noviembre la CGT-Brasil (dirigida por Saul
Ubaldini) convoca a la primera manifestación abierta contra la
dictadura aprovechando la tradición anual de marchar hacia la
iglesia de San Cayetano (Santo del Trabajo)”
Después que decantó la
espuma del comienzo, la realidad se hizo patente, otra vez lo mejor
de “nosotros”, fue sometido a la barbarie e incapacidad de
quienes habían usurpado el Poder, llego la humillante rendición
incondicional del pérfido Aztiz.
En la única oportunidad
que tuvo de ejercer como soldado, hizo lo que mejor le sale claudicar
y salvar el pellejo, es que ahora, enfrente no tenía mujeres
indefensas, u hombres mal heridos y privados de su libertad, para
demostrar “su coraje”.
Hasta
el final, el Pueblo sostuvo la Guerra, de todas las maneras posibles,
donaciones, cartas a los Soldados, ofrecimientos de voluntarios para
ir a las Islas, todo lo puso el Pueblo, sin distinción, en las Islas
no era así, la camarilla de oficiales cobardes, no dudaron en hacer
valer sus privilegios, aun en medio del combate, torturas a Soldados,
robo de comida y pertrechos, falta de capacidad ante el enemigo y
flaqueza moral, esos eran los custodios del “Ser Nacional”.
En
medio de tanta miseria, destellaron los valientes, fueron también
oficiales, soldados, personal de seguridad, que más allá del limite
humano dieron todo, absolutamente todo, muchos quedaron allá, otros,
al llegar fueron aislados bajo el manto de hipocresía y olvido.
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