Por Anatoly Kurmanaev y Maria Silvia Trigo
Un minucioso examen de los datos de la elección boliviana sugiere que el análisis inicial de la OEA que planteó dudas sobre fraude electoral —y ayudó a derrocar a un presidente— fue defectuoso. Entre sospechas de fraude estallaron protestas en todo el país y la comunidad internacional recurrió a la Organización de Estados Americanos, que había sido invitada a observar las elecciones, para que las evaluara.
La declaración de la organización, que señalaba “un cambio inexplicable” que “modifica drásticamente el destino de la elección”, levantó sospechas acerca de la votación y provocó una serie de eventos que cambió la historia de la nación sudamericana. La oposición aprovechó el reclamo para intensificar las protestas, reunir apoyo internacional y, semanas después, sacó a Morales del poder con apoyo militar.
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