Santos
discépolo, año 1951 vamos a escuchar la voz del protagonista,
muchas veces la gente habla del tango cambalache y no sabe quien lo
creó. Lo creó Enrique Santos Discépolo, mas conocido como el
Discepolin, muchacho delgadito, esmirriado, nochero, un filósofo, un
filósofo del adoquín, de la noche, un filósofo de la calle, que
nos va a demostrar, como en aquellos momentos históricos se repiten
los métodos que hoy sufrimos.
Vuelvo
al discurso de asunción de David Choquehuanca, David Choquehuanca el
vicepresidente del estado plurinacional de Bolivia, que volvieron
junto con Luis Arce, después del golpe que le dieron a Evo Morales.
La masacre de Avellaneda Kosteki y Santillan, para mi una relación
directa de la desintegración de ese 2001. Vamos a escuchar un
documento radial, crudo, verídico, doloroso.
Y
después nos vamos a despedir si es que llegamos espero que si, con
una breve reflexión, vamos a rescatar un pedazo del audiolibro que
se llama "El Estudio De Los Bárbaros" Estudio sociológico,
político, filosófico, sobre la mutación, que ha traído aparejada
esta nueva barbarie, esta nueva barbarie aggiornada que hoy se
refleja en brutalidad verbal, violencia, inseminación de la
ignorancia, tergiversación de la verdad, bombardeo constante de
cuestiones críticas, dolorosas sean reales o no. Y decíamos que, que
esta mala praxis política, que podríamos decir que tuvo, su mayor
ejemplo, su mayor manifestación dramática, simbólica en el año
2001 los meses previos y los meses posteriores. Una, situación que
se podría definir como estallido, una situación que trajo, mucha
incertidumbre, pero un trazo de certeza, había un punto en que el
abuso político llevo, a que se formara una unión virtuosa entre
sujetos sociales de clase media, y los llamados piqueteros. Aquellos
que siempre habian sido repudiados por sus métodos porque
interrumpían la marcha de los automóviles, porque regalaban aspectos
feos de la pobreza, que la clase media y la gente “civilizada”,
entre comillas, no quería ver e ignoraba hasta que le tocó en carne
propia, ya cuando el concepto básico traicionado. Traicionado por
aquellos que la población de clase media, clase media alta, los
consideraba como propios, la traición al principio básico de la
propiedad privada, es como pegarle a la madre para el capitalista,
una situación tan aberrante podríamos establecer una similitud, con
el aspecto de las fuerzas armadas y la fuerza de seguridad, cuando
asumen la represión contra el pueblo que les da sosten, en las
dictaduras especialmente, en la última dictadura cívico militar
eclesiástica, la aberración de que esas fuerzas, que estan llamadas
a la seguridad del ciudadano común, a la seguridad de nuestras
fronteras, a no ser atacados por fuerzas extranjeras, volviera sus
armas contra el pueblo que le da sostén de una manera brutal
ilimitada. Eso pasó por la mala praxis política, también se
repitió, también se repite el mismo hecho, esta vez con mucho mas
dramatismo, las fuerzas policiales gobernaron la República Argentina
durante casi 24 horas, no había poder constitucional, institucional
que rigiera en esas 24 horas en la República Argentina. La suspensión
del estado de derecho, establecido por el pusilánime prófugo De La
Rua, un cobarde, un incapaz, un ser repugnante, ausente, un ausente,
un ausente de las responsabilidades que tomó, un ausente en las
consecuencias, cuando fue interrogado luego de la masacre del 19-20
de diciembre dijo "Yo no sabía lo que pasaba en la plaza"
hipócrita, pusilanime e hipócrita, la peor mezcla, gente insensible,
gente sin empatía que lo único que quería era sostenerse un ratito
más en el poder y cuando vio que eso ya era imposible, dejó el país
envuelto en llamas, ensangrentado y huyó a la seguridad de que la
impunidad, lo iba a proteger hasta el fin de sus días, y así fue.
Nunca rindió cuentas ni por los crímenes cometidos por su cuenta y
orden, ni por las consecuencias de su mala praxis política, que dejó
al país hundido.
Después
vemos como el gran triunfo de los verdaderos dueños de la Argentina,
el poder real, se vio coronado con el discurso de las masas del
pueblo, de la rebelión que gritaba que se vayan todos, pero no nos
dimos cuenta, que a los que estábamos echando era a los empleados de
los verdaderos dueños, y no se fueron todos, no se fue ninguno, se
reciclaron todos y volvieron. Y el poder real de la Argentina se
mostró intocable, se mostró como lo que es, el “Poder Real”, el
que no tiene réplica, el que no tiene limite, el que no tiene
códigos, salvo los propios. Y decíamos nó, hasta desde los propios
medios de comunicación, que forman parte de ese poder real se
echaban atrás, con el objeto de que la politica, aquí definida como
un ente compuesto por personas, con un sosten ideológico,
filosófico, normativo, se hiciera cargo del desastre. Miles de
millones de dólares se fugaron en esos últimos días del 19-20 de
Diciembre de la República Argentina, amparados por el gobierno de
Fernando de la Rua y Domingo Cavallo.
La
trágica renuncia de Chacho Alvarez, trágica. Distinto hubiera sido
el cantar si Chacho Alvarez no renunciaba, si se hubiera mostrado
como un verídico militante peronista que jamás renuncia, lo
hubiéramos tenido como presidente. Prefirió salvar su dignidad
inmaculada, dejando al pueblo huérfano, no hay que olvidarse, muchos
de esa alianza progre que cometieron el acto promiscuo, de unirse con
lo mas recalcitrante de la derecha Radical, pretendiendo gobernar,
mojar el pancito en el tuco de los poderosos. Se reciclaron; unos se
volvieron peores, otros insípidos y otros simples merodeadores del
poder, incapaces de renunciar a los sueldos estatales.
De
todo ese, de todo ese combo al día de hoy y trayendo a colación lo
sucedido en Chile, luego de la rebelión popular del año 2017-2018,
en ese Chile que salió a la calle efervescente, que fue reprimido,
que dejó sus ojos, que perdió la vista, que intentaron dejar
enceguecido, por las balas de la represión de la última derecha de
Piñera y ejecutada por los carabineros.
Pasó
del estadio del estallido y se transformó en organización,
encontró un vector, un eje, un punto de convergencia, una asamblea
constituyente. No saquemos pecho los argentinos, porque nos creemos
que somos unos fenómenos, que estamos mas allá del bien y del mal.
Ese momento del estallido social del año 2001 fue una oportunidad
desaprovechada.
La
aparición de asambleas populares, en las que se aglutinaban
personas con distintos intereses, numerosas en todas las esquinas de
los barrios, numerosas. Pronto quedaron vacías. ¿Vacias por qué?
Porqué apareció la militancia interesada, no importa de que
partido, a pretender adueñarse, a interpretar un proceso
pre revolucionario y se escapó como arena entre los dedos. Lo que
podría haber sido, ahorrarnos muchos años de dolor, muchos años de
incertidumbre. Sin embargo no, Argentinos somos, sacamos mucho pecho
somos cáscara, vamos al frente estallamos, pero después la
condición humana nos traiciona, terminamos como en un todos contra
todos.
Por
eso aplaudo el proceso chileno, proceso de construcción social
chileno. Porque luego del estallido construyó y encontró un punto
de convergencia, como decíamos hace un momento, una asamblea
constituyente para derogar la constitución heredada del gobierno
pinochetista, otro de los sangrientos dictadores de la patria grande.
Y
bueno y ahora si vamos a ir entrando en tema 38 muertos, 39 decimos
hoy cientos de heridos, 4000 detenidos en todo el país.
De
La Rua quien era presidente en ese momento radical, anunció el 19 de
diciembre del año 2001 después de las 19 mediante una cadena
nacional que había decidido decretar el horario del sitio para
asegurar la ley, el orden y terminar con los incidentes. Tras el
anuncio se registraron diferentes protestas a lo largo del país y
una multitud se concentró en la plaza de mayo al grito de que se
vayan todos, que no quede ni uno solo.
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