José Cortés y Ana Isabel Martinez
MAPASTEPEC/CIUDAD DE MÉXICO, México (Reuters) - Miles de migrantes hondureños avanzaron el miércoles bajo un sol inclemente por el sur de México en su larga travesía hacia Estados Unidos, desafiando las presiones de Washington, que ha exigido a su vecino del sur frenar la extensa caravana.
El éxodo de mujeres, hombres y niños, que partió el 13 de octubre desde la violenta ciudad hondureña San Pedro Sula, ha ido creciendo y, según el Gobierno de México, está conformada ahora por unas 3,600 personas. Naciones Unidas la ha cifrado en unas 7,000 y algunos de sus colaboradores en unas 10,000.
“De tanto que caminé (...) me lastimé. No andaba con zapatos adecuados para caminar”, dijo Neris Wong al borde del llanto mientras socorristas le curaban las ampollas en la localidad de Mapastepec, en el estado Chiapas, donde descansaba la caravana tras recorrer decenas de kilómetros.
La alcaldesa del lugar, Carla Valdenegro, dijo a Reuters que aunque la localidad es un lugar de tránsito de migrantes centroamericanos, nunca habían recibido tantos de una sola vez. “Estamos acostumbrados a que pasan (...), pero nunca los habíamos visto en esta cantidad”, expresó.
Un grupo separado de al menos 1,000 migrantes, también en su mayoría hondureños, avanzaba desde la ciudad guatemalteca Zacapa buscando encontrarse, en algún punto, con la caravana principal. Algunos medios locales aseguraron que lo integraban unas 2,500 personas.
El torrente de migrantes, que por tramos va a pie y por otros hace autostop, ha desatado la ira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha advertido que cerrará y militarizará su frontera y que reducirá el apoyo económico a Centroamérica por no detenerla.PENCE ES UN “LOCO EXTREMISTA”: PRESIDENTE DE VENEZUELA
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, afirmó el martes que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, le dijo que la caravana fue “organizada por grupos de izquierda y financiada por Venezuela”.Pero el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se burló el miércoles de esos comentarios.
“Si no fuera porque lo dice un extremista, un loco extremista, como Mike Pence (...) uno sólo se reiría de eso, lo primero que provoca es risa y lo segundo es preocupación porque ya comienza la paranoia imperialista a acusar al presidente Maduro y a Venezuela de todo lo que le ocurre a ellos”, dijo.
Alex Mensing, coordinador de la asociación Pueblo Sin Fronteras que acompaña la caravana, también desechó la versión de Pence al asegurar que se trata de “una situación de crisis humanitaria que viene desde hace muchos años haciéndose. Esto no es algo que surgió de la nada”.
“Ridícula la idea de que alguien pueda pagar a 10,000 personas para convencerlas de que abandonen a su país, sus casas”, dijo en una conferencia telefónica con periodistas desde California. Agregó que no se sabe aún qué rumbo tomará la caravana, a la que califica de un “éxodo masivo de personas”, ni cree que muchos lleguen a Estados Unidos.
Reuters no pudo verificar independientemente cuántas personas se han unido a la marcha.
“Creo que es muy poco probable que lleguen 10,000 personas juntos a una ciudad fronteriza entre México y Estados Unidos. Va a haber gente que se queda en México, va a haber gente que se va a diferentes fronteras porque cada quien viene con sus diferentes planes”, agregó.
En Mapastepec, pobladores del lugar esperaban a lo largo de la carretera a los migrantes para darles agua, plátanos o sopas. En un parque del lugar se reunían los que llegaban y se tiraban en el suelo a descansar. Algunos levantaron carpas con bolsas de plástico para protegerse del sol.
Cada año, miles de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños huyen de la pobreza y la violencia en casa en busca del “sueño americano”. Sin embargo, muchos son deportados y otros pierden la vida en la larga travesía desde Centroamérica.
Desde el fin de semana, México ha recibido 2,727 solicitudes de refugio del grupo de centroamericanos, incluidos niños, pero ha advertido a los migrantes que no podrán ingresar ilegalmente a su territorio.
Es probable que la inmigración ilegal sea un tema importante en las elecciones legislativas del 6 de noviembre en Estados Unidos, en la que los demócratas buscan ganar el control de la Cámara de Representantes.
Afirmaciones hechas en los últimos días por Trump y algunos activistas conservadores en Washington, acerca de que “criminales y desconocidos de Oriente Medio” estarían mezclados con la caravana, no han sido corroboradas.
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