La Fundación Gabriel García Márquez para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) organizó una nueva edición del Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo en Medellín, Colombia.
Cada año, el evento ofrece más de 75 actividades gratuitas centradas en periodismo, literatura, arte, ciencia, tecnología, innovación y cultura. Oradores, panelistas y capacitadores de más de 25 países se reunieron del 3 al 5 de octubre para celebrar y premiar algunas de las mejores publicaciones latinoamericanas del último año.
En el panel “Fotoperiodismo, memoria y búsqueda de la verdad”, el académico colombiano German Rey moderó una discusión entre cuatro reporteros gráficos: Stephen Ferry (Estados Unidos), João Pina (Portugal), Natalia Botero (Colombia) y Álvaro Ybarra (España). La conversación giró en torno al papel que puede desempeñar el fotoperiodismo en la búsqueda de la verdad y la construcción de la paz en sociedades en conflicto. A través de su propio trabajo, los profesionales aportaron su mirada sobre la situación conflictiva que se vive en varias zonas de Latinoamérica, y contaron de qué modo sus fotografías han ofrecido pruebas para que la historia violenta de muchos países de la región sea reconocida.
A continuación, cuatro claves de la charla.
1. El fotoperiodismo humaniza los conflictos
Históricamente las necesidades y reclamos de los civiles –especialmente de grupos minoritarios–, se han dejado de lado en las negociaciones de paz y se han excluido de los tratados de paz. A pesar de las desgarradoras experiencias de personas que viven en contextos conflictivos en el siglo XXI, muchos todavía asociamos el conflicto con movimientos militares y de armas. Natalia Botero cree que es importante fotografiar conflictos porque obliga a las personas a verlos desde una perspectiva diferente y hace que "el conflicto sea más humano". Muchos individuos en el poder se enfrentan al conflicto desde un enfoque de arriba hacia abajo, en lugar de un enfoque de abajo hacia arriba, lo que perjudica a quienes viven en zonas de conflicto. Los panelistas estuvieron de acuerdo en que el fotoperiodismo puede servir como una herramienta para ayudar a llenar ese vacío, cambiando el enfoque hacia las personas afectadas.
IMG_4951.JPG2. La fotografía puede servir como evidencia
Natalia Botero dijo que “la fotografía testifica”. Cuando las comisiones por la verdad se reúnen después de que finaliza un conflicto, se basan principalmente en testimonios escritos, lo que resulta limitante si las voces de ciertos grupos no son invitadas a la mesa. La fotografía puede proporcionar evidencia irrefutable y resolver testimonios en pugna. Con esto en mente, Botero dijo que ella "intenta salvar a los sobrevivientes" con su fotografía y ser lo más imparcial posible cuando está detrás de la lente de una cámara.
Stephen Ferry mencionó a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (TRC) de Perú como un ejemplo del uso exitoso del fotoperiodismo en un proceso de paz, y un ejemplo a seguir por otros países. La TRC de Perú ordenó un proyecto de fotografía multimedia, Yuyanapaq, para construir una memoria colectiva tras el conflicto interno. Stephen Ferry cree que las fotografías son fundamentales si el país realmente quiere reflexionar sobre su pasado y avanzar como una unidad.
3. El fotoperiodismo puede ayudar a sanar
Los panelistas estuvieron de acuerdo en que el fotoperiodismo puede tener un impacto profundo en las sociedades, así como la capacidad de sentar una base para la sanación comunitaria mediante la construcción de una memoria visual compartida. Álvaro Ybarra cree que la fotografía debe desempeñar un papel importante en todo el proceso de curación, sentando los cimientos de la paz social. Aunque los cese al fuego y los tratados de paz son importantes, crean una “paz negativa”, marcada por la ausencia de violencia. La paz social, conocida como "paz positiva", cala más profundo y puede llevar a una verdadera curación.
4. Los fotoperiodistas tienen una enorme responsabilidad
Es crucial que los fotoperiodistas se adhieran a los más altos niveles de ética y se abstengan de alterar las imágenes, ya que tienen el poder de escribir la historia. Las fotografías tienen el potencial de reconciliar varias verdades y conformar una memoria más colectiva y consistente. Con semejante poder, es imperativo ser imparcial y arrojar luz sobre todos los lados del conflicto.
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