El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, anunció que varios países europeos reconstruirán el país eslavo cuando acabe el conflicto armado. Así, el primer ministro británico, Boris Johnson, se ofreció a reconstruir a Kiev, mientras que la región de Nikolaev le fue 'asignada' a Suecia, pero en Estocolmo no estuvieron de acuerdo.
"Varios países nos prometieron ayudar en la reconstrucción de Ucrania. Boris Johnson nos prometió ayudar con Kiev. Mientras que Suecia asumirá la responsabilidad de [la ciudad de] Nikolaev y la región de Nikolaev", dijo el mandatario.
Sin embargo, esta afirmación resultó ser un tanto hiperbólica, pues en el Ministerio de Exteriores del país escandinavo informaron a la cadena sueca SVT News que "actualmente no existe tal acuerdo".
Esta no es la primera metida de pata del mandatario ucraniano. Durante su discurso ante el Parlamento de Israel, Zelenski causó una oleada de indignación entre los parlamentarios israelíes al comparar lo que está ocurriendo en Ucrania con el Holocausto.
Esta comparación causó una indignación particularmente intensa porque Stepan Bandera, que ha sido promulgado como héroe nacional del país, participaba directamente en la exterminación de judíos polacos, siendo personalmente responsable por la muerte de decenas de miles de personas.
Después, durante su discurso ante el Parlamento griego, le concedió una palabra a uno de los comandantes del batallón neonazi Azov*, lo cual tampoco fue bien recibido. De hecho, los diputados del partido opositor abandonaron la sala cuando esto ocurrió para protestar. Y es que durante décadas el pueblo griego tuvo una sangrienta lucha contra las fuerzas de extrema derecha patrocinadas por EEUU.
*Grupo extremista prohibido en Rusia.
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