16 julio, 2019

La Hermandad Musulmana como fuerza de tareas del MI6 y de la CIA

https://www.voltairenet.org/article206932.htmlLa Hermandad Musulmana al servicio de la estrategia Carter-Brzezinski

En 1972-1973, James Craig, alto responsable del ministerio británico de Exteriores –y probablemente del ‎MI6–, y el embajador británico en Egipto, sir Richard Beaumont, inician una intensa ‎campaña para que su país y Estados Unidos se apoyen en la Hermandad Musulmana, no sólo en ‎Egipto, sino en todo el mundo musulmán, en contra de los marxistas y de los nacionalistas. Sir Craig será rápidamente nombrado embajador del Reino Unido en Siria y encontrará en la CIA un ‎interlocutor muy interesado. Mucho más tarde, Craig concebirá la “primavera árabe”. ‎
En 1977, Jimmy Carter se convierte en presidente de Estados Unidos y nombra a Zbigniew ‎Brzezinski consejero de seguridad nacional. Este último decide utilizar el islamismo contra los ‎soviéticos. Da luz verde a los sauditas para que entreguen más fondos a la Liga Islámica Mundial; ‎organiza cambios de régimen en Pakistán, Irán y Siria; desestabiliza Afganistán y convierte el acceso de Estados Unidos al petróleo del “Medio Oriente ampliado” en objetivo de seguridad ‎nacional. Finalmente, pone medios militares en manos de la Hermandad Musulmana. ‎
En abril de 1979, Bernard Lewis explica claramente esta estrategia en la reunión del Grupo de ‎Bilderberg [1] que la OTAN organiza en Austria. ‎Este islamólogo anglo-israelo-estadounidense asegura en ese encuentro que la Hermandad ‎Musulmana no sólo puede desempeñar un papel importante contra los soviéticos y provocar ‎desórdenes internos en Asia Central sino que es capaz de balcanizar el Medio Oriente en beneficio ‎de Israel. ‎
Contrariamente a una idea generalizada, la Hermandad Musulmana no se limita a seguir el plan ‎Brzezinski. Con una visión de futuro, obtiene además ayuda de Washington y de Riad para crear ‎nuevas ramas de la cofradía en otros países, ramas que posteriormente irán desarrollándose. El ‎rey de Arabia Saudita asigna a la Liga Islámica Mundial un promedio de 5 000 millones de dólares ‎anuales –suma equivalente al presupuesto militar de Corea del Norte. Esto permite a la Liga Islámica Mundial extender sus actividades a 120 países e incluso financiar guerras. La Liga obtiene además el estatus de consultante en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) y el de ‎observador en la UNICEF. ‎
En Pakistán, el general Muhammad Zia-ul-Haq, jefe de estado mayor de las fuerzas armadas y ‎formado en Fort Bragg (Estados Unidos), derroca al presidente Zulfikar Alí Bhutto y lo envía a la ‎horca. Miembro de Jamaat-e-Islami, la versión local de la Hermandad Musulmana, el general Zia-‎ul-Haq islamiza la sociedad. Poco a poco se instaura la sharia en Pakistán –incluyendo la pena de ‎muerte por blasfemia– y se crea una amplia red de escuelas islámicas. Es la primera vez que la ‎Hermandad Musulmana llega al poder fuera de Egipto. ‎
En Irán, Brzezinski convence al shah para que salga del país y organiza el regreso del imam Rulah ‎Khomeini, quien se define como “islamista chiita”. En su juventud, Khomeini se había reunido –en ‎‎1945 – con Hassan al-Banna en El Cairo, para convencerlo de que no debía estimular el conflicto ‎entre sunnitas y chiitas. Posteriormente, Khomeini traduce dos libros de Sayyid Qutb. La ‎Hermandad Musulmana y el revolucionario iraní están de acuerdo en los temas sociales, pero ‎difieren totalmente en las cuestiones políticas. El día mismo de la llegada de Khomeini a Teherán, ‎Brzezinski se da cuenta de que ha cometido un error de apreciación con respecto al ayatola. Desde ‎el aeropuerto, Khomeini se va directamente al cementerio, a rezar sobre las tumbas de los ‎mártires caídos bajo el régimen del shah, y llama el ejército a rebelarse contra el imperialismo. ‎Brzezinski cometerá un segundo error al enviar la Delta Force en ayuda de los espías ‎estadounidenses retenidos en la embajada de Estados Unidos en Teherán. Aunque logra esconder ‎a la opinión occidental el hecho que sus “diplomáticos” eran en realidad espías, Brzezinski deja a ‎los militares estadounidenses en ridículo con el fracaso de la Operación Garra de Águila (Eagle ‎Claw) y da lugar a que aparezca en el Pentágono la idea de que habrá que desplegar otros medios ‎para vencer. ‎
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El millonario saudita Osama ben Laden, héroe de Occidente contra los soviéticos. ‎

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