El estallido de protestas violentas ayer por todo Israel a raíz de la muerte por disparos de un policía del joven Salomon Tekah (18), refleja el hartazgo por la brutalidad policial y la discriminación que sufren los judíos de descendencia etíope.
“Primero debo decir que no vinimos de otro lugar. No somos etíopes. Mis padres nacieron allí, pero somos de Israel. Igual que los judíos de origen iraquí no dicen que son iraquíes. Esta es la primera diferencia: en Israel siempre dicen que los judíos etíopes son de Etiopía. Mi color es diferente, pero soy igual que todo israelí y mi sangre es judía”.
Con esta demoledora frase empezaba una entrevista que mantuve con Amir Tagai en 2017, un joven israelí de tez oscura. Durante el encuentro, Amir, visiblemente enfurecido, agradeció que un periodista se sentara a escuchar los reclamos de su comunidad, formada por más de 100.000 judíos procedentes de Etiopía, y que en gran parte llegaron a Israel en oleadas masivas en los años 80 y 90 en las operaciones “Moisés” y “Salomón”, en aviones que logró fletar secretamente el Mossad.
Con esta demoledora frase empezaba una entrevista que mantuve con Amir Tagai en 2017, un joven israelí de tez oscura. Durante el encuentro, Amir, visiblemente enfurecido, agradeció que un periodista se sentara a escuchar los reclamos de su comunidad, formada por más de 100.000 judíos procedentes de Etiopía, y que en gran parte llegaron a Israel en oleadas masivas en los años 80 y 90 en las operaciones “Moisés” y “Salomón”, en aviones que logró fletar secretamente el Mossad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario