SAN FRANCISCO — Una mañana de octubre, los editores de Página Siete, el tercer sitio de noticias más grande de Bolivia, se dieron cuenta de que las visitas provenientes de Facebook estaban cayendo en picada.
La publicación hace poco había sido afectada por ciberataques y los editores temieron que estuviera siendo blanco de ciberatacantes leales al gobierno del presidente Evo Morales.
Sin embargo, no era culpa del gobierno, sino de Facebook. La empresa de Silicon Valley estaba probando una nueva versión de su muy popular sección de noticias y había eliminado los sitios noticiosos profesionales del contenido que la gente normalmente ve para relegarlos a una nueva sección de Facebook llamada Explorar (Explore, en las versiones en inglés). Le gustara o no, Bolivia se había convertido en un conejillo de indias en la búsqueda continua de reinvención de la empresa.
Mientras Facebook actualiza y modifica su servicio para mantener a los usuarios pegados a sus pantallas, países como Bolivia son campos de prueba ideales gracias al creciente número de habitantes con conocimientos de internet. No obstante, estos cambios pueden tener consecuencias significativas, como limitar la audiencia de fuentes noticiosas no gubernamentales y —sorprendentemente— amplificar el impacto de historias inventadas y sensacionalistas.
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