29 abril, 2019

En Paraguay la corrupción se combate con sartenes, papel higiénico y huevos podridos Por ERNESTO LONDOÑO y SANTI CARNERI

https://www.nytimes.com/es/2019/04/22/paraguay-escraches-maria-esther-roa/?emc=edit_bn_20190423&nl=boletin&nlid=7931977520190423&te=1
ASUNCIÓN — María Esther Roa estaba furiosa.
Una vez más, un poderoso legislador se había librado de ser sancionado por sus acciones ilegales.
No obstante, cuando se encontraba afuera del congreso en Asunción, a principios de agosto, Roa tramó un plan poco convencional para hacer rendir cuentas de alguna manera a los poderosos. Su plan involucraba ollas, sartenes, docenas de huevos y mucho papel higiénico, e inspiraría a una cruzada ciudadana contra la corrupción en esta pequeña nación sudamericana.
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Mientras otros países latinoamericanos combatieron la corrupción de empresas y políticos poderosos durante los últimos años, a menudo como respuesta a la indignación popular, las débiles instituciones de Paraguay y el fallido sistema de justicia la han dejado languidecer.
“¡Fuera Ibáñez!”, gritaban mientras golpeaban sus ollas y sartenes. Poco después, el hogar del congresista estaba cubierto de papel higiénico y goteaban los restos de los huevos podridos lanzados por los manifestantes.
“Límpiense”, dijo Roa, describiendo el simbolismo del papel higiénico. Sobre los huevos, agregó con una sonrisa: “El olor es nauseabundo, para que el recuerdo de la protesta permanezca durante días”.
Lo que ocurrió después dejó perpleja a Roa: Ibáñez renunció.
Fue el primero de tres prominentes senadores perseguidos por acusaciones de corrupción que abandonaron su cargo. Fiscales en Paraguay presentaron cargos penales contra otros cinco funcionarios señalados por los manifestantes anticorrupción y han iniciado investigaciones sobre varios más.
Los políticos que han sido señalados califican a las protestas afuera de los hogares —conocidas como escraches— de las personas sospechosas de corrupción como una tendencia peligrosa que ha arruinado carreras y reputaciones sin seguir el debido proceso.
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Las protestas se han extendido por el país, lo que ha generado indignación contra funcionarios de todo el espectro político. CreditSanti Carneri para The New York Times
“Esta experiencia de violencia social por encima de los derechos individuales y colectivos es lo más parecido a los linchamientos públicos de siglos pasados”, dijo Ibáñez.
No obstante, como muchos paraguayos sienten que estas denuncias son su último recurso cuando enfrentan a instituciones que no actúan o son débiles, las protestas se han extendido por todo el país.

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