El camino hacia la igualdad de género está pavimentado por un mejor periodismo; uno capaz de representar y tratar a las mujeres de todos los orígenes como iguales e incluyéndolas en los contenidos con respeto e integridad.
Pero a pesar de las mejores intenciones profesionales y éticas, los periodistas son personas con una historia personal de prejuicios inconscientes y un patrimonio cultural de puntos de vista estereotipados sobre roles e identidades basadas en el género, como se refleja en muchas de las historias que leemos, vemos y escuchamos en los medios.
En 2015, el Global Media Monitoring Projectreveló que las mujeres no solo están subrepresentadas en las noticias (en todos los medios, solo el 10% de los contenidos centran en ellas), sino también mal representadas. Por ejemplo, se las describe de manera desproporcionada como desempleadas o madres que se quedan en casa, y tienen más del doble de probabilidades que los hombres de ser retratadas como víctimas. Muy rara vez aparecen como expertas o portavoces.
Estos discursos esterotipados sobre las vidas y experiencias de las mujeres refuerzan percepciones imprecisas y limitadas del mundo, que se ajustan a las expectativas sexistas. También tienen un impacto negativo en la manera en que las mujeres perciben su propio potencial y su lugar en la sociedad.
Seguramente, las redacciones y los medios deben abordar los desequilibrios de género en todos los niveles, ya que el problema de la desigualdad se extiende más allá de los escritorios, llegando a los departamentos editoriales y ascendiendo a los niveles gerenciales, donde las mujeres prácticamente no existen en muchos procesos de toma de decisiones.
Pero, ¿hay alguna manera de ayudar a los periodistas y editores a hacer que las historias que escriben y publican tengan más en cuenta las cuestiones de género? IJNet pidió a algunas expertas que sugirieran preguntas claves que los periodistas y editores pueden hacerse a sí mismos para aumentar su compromiso y alentar el cambio.
1. ¿Hay suficiente paridad en mis fuentes?
Esto incluye los expertos consultados, las investigaciones de fondo, las citas e incluso las fotografías.
"Los estudios muestran cuán poco se cita a las mujeres como fuentes y expertas, y cómo los periodistas suelen no darse cuenta de lo lejos que están de la paridad", dice Soraya Chemaly, directora del Women’s Media Center Speech Project contra el acoso online.
Pero para tener un efecto duradero y sustancial, los medios necesitan lograr diversidad e inclusión en las áreas administrativas y editoriales, dice. "Preguntas como estas son importantes, pero también son relativamente básicas y superficiales en términos de cambios sólidos al interior de los medios".
2. ¿Estoy transmitiendo estereotipos de género?
Según Elisa Lees Muñoz, directora ejecutiva de la International Women's Media Foundation –una organización que ofrece capacitación en seguridad, viajes de formación y otras oportunidades a periodistas–, la forma en que se retrata a las mujeres en las coberturas suele ser problemática.
Y recuerda un incidente reciente: "Hace poco estuve en una importante entrega de premios de fotoperiodismo, y no pude dejar de notar que las imágenes que contenían mujeres –y que eran minoría–, si bien eran cautivadoras, a menudo tenían trasfondos sexuales".
Como señala, la UNESCO ha destacado la necesidad de garantizar que las representaciones de mujeres en los medios sean justas y multidimensionales en lugar de sexistas o estereotipadas.
3. ¿Cuántas firmas de mujeres hay en mi publicación?
La gente debería tener el hábito de fijarse en quién escribió la historia que está a punto de leer y, también, en quién tomó las fotografías que está viendo, dice Muñoz.
"Un estudio reciente en Estados Unidos analizó artículos sobre un tema que compete a las mujeres –derechos reproductivos–, e incluso en ese caso detectó que la mayoría de los artículos estaban escritos por hombres", dice. "En el fotoperiodismo, la brecha de género es mucho más amplia".
Que los medios y los editores pongan atención en el número de mujeres a las que les asignan tareas, qué tipo de historias y dónde aparecen esas historias podría ser un primer paso para abordar el desequilibrio.
4. ¿Cuál es mi discurso?
"¿Deseo realmente defender mi discurso, o es perezoso o estereotípico?", pregunta Lara Whyte, periodista independiente y editora de proyectos especiales de género, sexualidad y justicia social vertical de openDemocracy, 50.50.
Después de haber tratado extensamente cuestiones de género y de violencia sexual, señala que a muchas sobrevivientes de violación solo se les pregunta por el hecho de la violación, y no por su opinión sobre el trabajo de la justicia o la respuesta que esperan de la comunidad local e internacional, por ejemplo.
"Ser cómplice de un tipo de discurso que considera a las sobrevivientes de agresión sexual solo como víctimas para mí es el fracaso total de una historia periodística, incluso si parecen historias exitosas y se vuelven virales”, concluye.
Estas cuatro preguntas son sin duda relativamente básicas y están orientadas principalmente a superar sesgos inherentes, pero son un primer paso hacia un periodismo más justo, en el que la diversidad y la inclusión finalmente se reconozcan como parte esencial de una cobertura ética precisa.
Imagen con licencia Creative Commons en Unsplash, vía Omar Lopez.
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