La Cuestión Tecnológica
Una época…
de asombrosas transformaciones, deja atrás un tiempo opaco donde languidecía la esperanza. La Patria se escurría por la alcantarilla de la historia. Ni soberanía , ni recursos estratégicos, ni seguridad social, ni educación, ni salud. Ni ciencia , ni tecnología, ni industria nacional, ni mercado interno. ¡Nada!,……. nada de eso quedaba en pié.
Pocos……...
Tal vez muy pocos habrán percibido que un día patrio del cuarto año del siglo, la dignidad socavada comenzaba a recobrar el pulso. “Una anomalía. Un vuelta de página. Una osadía histórica”, tantos modos de nombrar lo inesperado.
Otras voces………
Presagiaban :” Esto no dura un año” , “Revienta el dólar”,” Quedamos aislados”. Rendidas ante lo evidente, probaron fortuna con otras diatribas, “ Les interesa la Caja”, “ Están llenos de Odio”, “ Van por todo”.
Ahora muchos…….
Dejamos de ser pocos… Multitud de jóvenes desbordan las calles y alzan sus manos de pájaro para saludar el nuevo tiempo. ,la nueva época. La política volvió a enamorarnos, ahora a muchos.
Los distintos campos por donde se esparce la pujante política puesta en marcha aquel 25 de Mayo de 2003 nos impelen a involucrarnos en esta construcción donde conviven proyectos , sueños, reflexiones , construcción de sentidos, elaboración de conocimientos , reinterpretación de la historia, resignificación de valores, transmisión de experiencias y por sobre todo una pasión insoslayable por alcanzar una sociedad justa.
Nosotros…….
encontramos en la potencia del Conocimiento Científico y del Desarrollo Tecnológico los atributos para engrandecer el patrimonio cultural, económico y social de nuestro país y las bases para un despliegue rotundo de la soberanía erosionada durante las décadas anteriores. Pero debemos expresar que reconocemos que en ellos también residen la belleza, una poética emancipadora y un universo lingüístico singular que delinean este nuevo tiempo, esta nueva época
La Escena
El sostenido crecimiento económico verificado en nuestro país desde la gestión iniciada en 2003 estuvo sustentado por la revitalización del mercado interno y las políticas dirigidas a corregir el déficit estructural de la balanza comercial de las décadas pasadas, por la decisión de intervenir convenientemente en la nivelación de la paridad cambiaria, el direccionamiento del crédito a la actividad productiva, la histórica reestructuración por quita de la deuda externa y la acumulación de un prodigioso nivel de reservas, entre otros dispositivos de política económica y ha impactado rotundamente sobre las condiciones sociales de vastos sectores de la población.
El incesante incremento de la tasa de empleo, apenas desacelerada transitoriamente por un breve período durante la crisis económica-financiera internacional del 2009, es la referencia incuestionable de la irrupción de un nuevo modelo político que bien podríamos llamar “de inclusión y acumulación social ”.
No sólo el aspecto de las relaciones económicas iluminó este nuevo escenario, por cierto. Políticas decisivas en el orden de los derechos humanos y de la Justicia, en el campo de la democratización de la información, de la educación y de la integración regional, entre otras, nos sitúan en este nuevo tiempo.
Las voces que durante este derrotero de conquistas sociales se expresaron con reprobación y encono, van cediendo lugar a una adhesión popular masiva que nos sitúa a las puertas de una nueva etapa, promisoria para las transformaciones de fondo que son menester para torcerle el brazo a la desigualdad y la injusticia. Una etapa, tal vez tanto o más difícil que las dos anteriores. Una etapa que reclamará que nuestro colectivo Carta Abierta esté mucho más presente, mucho más pensante, mucho más comprometido.
Es en este contexto que la cuestión de la Tecnología se impone como un factor preponderante para sustentar esta época crucial que se avecina. Los Planes Estratégicos Industrial y Agroalimentario 2011-2020 son potentes catalizadores de nuevas tecnologías. Es en este contexto que esta Comisión pretende y necesita hacer oír a los cuatro vientos una verdad que le estalla en la garganta: Si no producimos un despliegue tecnológico nacional, la incipiente reconversión productiva será volátil y su fragilidad nos dejará a merced del poderío económico y tecnológico de las empresas e intereses transnacionales que seguirán modelado nuestro porvenir al ritmo de sus apetitos circunstanciales.
La Urdimbre y la Trama………
La educación pública es parte constitutiva de la identidad de nuestro país. A pesar de los ingentes esfuerzos aplicados a fisurar sus pilares fundacionales durante distintos trayectos de nuestra historia reciente, la calidad, la gratuidad y acceso irrestricto para todos los habitantes, nativos e inmigrantes, continúa siendo motivo de admiración de sociedades diversas que distan de contar con semejante surtidor de conocimiento y de nivelación democrática. De ella se nutrieron la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico que produjeron valiosos aportes al conocimiento y a la concreción de emprendimientos estratégicos. De ella emergieron notables y galardonados compatriotas cuya obra se instaló en el cénit del reconocimiento mundial. No obstante creemos en la necesidad de revigorizarla, mediante una ímproba acción destinada a mejorar, actualizar y cambiar estructuras anquilosadas para ponerla en las coordenadas de esta nueva Argentina en marcha.
La presidente Cristina Fernández en el comienzo de su primera gestión ha producido un hecho inesperado, de verdadero sesgo disruptivo para la ortodoxia política instalada en nuestro inventario cultural. La creación del Ministerio de Ciencia y Técnica e Innovación Productiva trajo consigo, como todo hecho innovador y transgresor, diversidad de cruces conceptuales y operativos de voces provenientes de distintos campos académicos y de la investigación en sus múltiples vertientes. La remanida tensión entre categorías duras y blandas, la discusión sobre la calificación de escalafones, becas, validación de trabajos y otorgamiento de estímulos produjeron una discusión que aún no se ha acallado, que continuará y probablemente no acabe nunca. Sin detrimento de una valoración crítica de los logros alcanzados en la gestión del referido Ministerio, que nos permitirá evaluar los previsibles claroscuros de una actividad de la que no se contaban antecedentes, el relevante hecho político es la señal que Cristina nos envía al colocar en el centro de la escena una cuestión nodal sobre la que girará la nueva etapa de profundización del modelo político. Señal que es en sí un mensaje y un desafío, propia de su incuestionable estatura de estadista proba y sensible a los latidos de la causa popular. La repatriación de centenares de investigadores otrora expulsados de una Argentina escamoteada de futuro, la asombrosa asignación presupuestaria para el sistema educativo, el estímulo económico a empresas de producción nacional, son indicativos de que dicha señal parte de la decisión de llegar al hueso.
A partir de la gestión iniciada en 2003, progresivamente, se ha instalado un período de enorme industrialización. Enorme en relación a las etapas precedentes e insuficiente respecto de las necesidades futuras. En este contexto flaquea peligrosamente la oferta de especialistas indispensables para la actividad. Fruto de las políticas de retracción y desmantelamiento de la producción industrial desde hace varias décadas y consagradas descarnadamente en los ignominiosos años ’90, se fue dilapidando un capital humano gestor de tecnología, trabajosamente forjado en escuelas medias donde aún se escuchan resonancias del mentado colegio industrial y sus carreras técnicas, desde institutos de formación, desde la Universidad y Centros de Investigación. Volver sobre esos pasos no es tarea sencilla pero debemos lanzarnos en su recuperación, sin vacilaciones.
Urdir los filamentos por donde ascienden los impulsos vitales de la educación, la ciencia, la tecnología y la producción de riqueza y servicios es elaborar la trama donde reside un auténtico potencial de nuestro país. Un entramado donde habiten los conocimientos, los valores tanto humanos como técnicos, el esfuerzo, el sentimiento de pertenencia, es la construcción de una realidad que traiga dignidad a nuestro pueblo y soberanía a nuestro país.
Cada uno de estos elementos de la Trama bien puede actuar autonómicamente, o vinculado parcialmente con otro. Mas cuando se produce una relación concatenante entre todos ellos, si la educación, la ciencia, la tecnología y la producción son traccionadas por un objetivo estratégico, “ si se alinean los astros”, es entonces cuando sobreviene el efecto resonante que potencia la suma de las virtudes individuales para convertirse en un suceso. De muchos de estos sucesos, tales como el producido recientemente con la culminación del Satélite SAC-D por ejemplo, debe constituirse la nueva etapa de profundización política.
La Cuestión Tecnológica
En consonancia con las características de otras áreas estratégicas como la Educación, la Salud y la Seguridad Nacional por ejemplo, en las que la determinación de su política y la atribución de sus funciones esenciales no pueden estar en la sola órbita de los especialistas incursos en ellas, tampoco la determinación de la Política Tecnológica es privativa de los tecnólogos .
La proverbial observación por parte de la Antropología y el Psicoanálisis acerca de la tensión entre Naturaleza y Cultura , puede ser extrapolada al concepto Ciencia - Tecnología para entender sus campos de acción. Mientras la Ciencia actúa sobre el orden natural de la cosa especulada, la Tecnología opera fundamentalmente en la órbita cultural del hecho en cuestión. Si bien toma el conocimiento surgido del mundo científico, lo conduce para la gestación de un producto concreto. Para eso cuenta en su arcón un bagaje de recursos humanos, técnicos, étnicos, culturales, sociales que definen sus posibilidades.
Es menester volver a sostener que es falsa la concepción acerca de la supuesta neutralidad del desarrollo científico y tecnológico. Nosotros decimos que ineludiblemente es la Política quien sobredetermina tanto a la Ciencia como a la Tecnología, a la Economía y al resto de las áreas de la actividad humana.
A nadie escapa la resonancia inusitada que produjo la instalación de Tecnópolis , muestra destinada a difundir los logros alcanzados en materia de ciencia y tecnología y su potencialidad. Un verdadero suceso alteró el humor de todos los medios dedicados a relevar el pulso de la sociedad. Algunos de ellos relativizaban el acontecimiento arguyendo, con variado estilo y suerte, razones técnicas, presupuestarias, publicitarias, recreativas. Mientras tanto la gente seguía fluyendo a raudales, colmando las instalaciones. Gente de a pie y de cero kilómetro, de traje o mameluco, de quince y de setenta. De los barrios humildes, circundantes al predio, familias enteras pasando el día: termo en mano y ojos de fábula. ¿ A qué se enfrentaba esa gente azorada de tanto láser y robot? :….. a un mundo vedado que salía a la superficie, lleno de potencias, de sueños, de nuevas palabras, de gestos y códigos, de nuevos interrogantes, de esperanzas nuevas y nuevos miedos. Los esperaba, nada menos que un Lenguaje. Esa es la razón primera de Tecnópolis, a nuestro juicio. Suponer que es sólo un acontecimiento tecnológico es como pretender que la virtud de los festejos del Bicentenario resida únicamente en su riqueza historiográfica.
En estos momentos de comienzos de siglo, curiosamente (o quizás no tanto) se ha instalado acerca del término Tecnología una connotación que la circunscribe a los procesos tecnológicos aplicados en los productos de informática y comunicación ( designada con la sigla TICS). No olvidemos que también es Tecnología la que se emplea para producir alimentos, satélites, medicamentos, archivos musicales y radares, entre millones de otros bienes.
La complejidad alcanzada en los procesos tecnológicos e industriales requiere, hoy día, recursos humanos con mayores niveles de preparación, de conocimientos, de capacidad reflexiva. Los puestos auxiliares de menor grado en la actividad industrial, por ejemplo, son cubiertos por operadores a los que se les exige, por lo menos, tener aprobado el ciclo medio educativo. Aunque redundante, vuelve a hacerse presente la importancia del entramado que enhebra a la educación, la ciencia, la tecnología y la producción.
En nuestro país es de observar que la industria en general tiene un bajo grado de complejidad tecnológica.
Las grandes empresas de localización internacional prevén, en su estrategia empresarial, el desarrollo de la propia Tecnología. Esto les permite, además de ventajas competitivas, una autonomía que trasciende el poder de decisión de los países donde están siempre transitoriamente radicadas. Claro está que les es necesario destinar importantes recursos para tal fin.
Notables y ejemplares casos de desarrollos nacionales recientes son los que llevaron a cabo INVAP, con la producción de radares de complejísima factura y la CONAE, colocando en órbita un satélite destinado a relevar parámetros de capital importancia para distintas áreas estratégicas de nuestro país. Esta experiencia es destacable, también por la extraordinaria complementación alcanzada mediante la participación en el proyecto de otras empresas locales, institutos de investigación , universidades , la UNLP en este caso, además de alcanzar acuerdos con instituciones de Brasil, USA y la Unión Europea. El producto logrado es de entera propiedad nacional y nos confiere un elocuente grado de autonomía . Un verdadero orgullo.
El contraste es enorme en relación a la situación de las empresas PYME , verdaderas motorizadoras del empleo y el mercado interno. Salvo excepcionalidades, no resisten la mínima posibilidad de asumir el costo que importa un desarrollo tecnológico con sus previsibles cuotas de fracaso hasta alcanzar un fin exitoso. En este punto queremos detenernos, porque la priorización de este segmento de la producción nacional debe responder a una opción estratégica, pues la actividad del sector impacta, no sólo por su capacidad de crear empleo , si no además por la generación de condiciones socio culturales diferentes a la de las grandes empresas: localizaciones territoriales, accesibilidad de formación de capital societario entre grupos de reducido poder económico, versatilidad de maniobras productivas. Para acercar este actor productivo a horizontes de mayor valía que los actuales : acceso al mercado nacional y al externo, participación en muestras y ferias internacionales, aprovisionamiento sin complejidades de cadenas de intermediaciones, por ejemplo, es necesario que esté dotado de recursos competitivos que permitan estabilidad, acceso a herramientas legales, publicitarias, de recursos humanos, crediticias, entre otras, pero fundamentalmente requiere un respaldo tecnológico permanente en principio, y puntual cuando se trate de un desarrollo o una innovación productiva.
En algunos pocos casos, estas empresas PYME son alcanzadas por el beneficio aleatorio del desarrollo tecnológico cuando operan como proveedoras de grandes empresas. Circunstancia provechosa si se puede y se sabe capitalizar, pero que no reviste un carácter de importancia en el volumen productivo nacional.
¿Cuál es la salida entonces a esta encerrona que nos presenta el actual paradigma productivo?: Nosotros lo decimos sin ambages, por principios, convicciones y por estar contestes de que no hay atajos : El ESTADO es la herramienta para asistir a este sector en la incorporación de los saberes tecnológicos necesarios para dotarlo de recursos productivos calificados.
Sabemos que no es sencillo, ni es suficiente hacerlo desde la valiosa pero poca estructura existente hoy para este objetivo. Entendemos que es necesaria una política de estado de corto y mediano plazo que aborde esta problemática compleja. El decreciente aporte de este sector en la positividad de la balanza comercial nos enciende luces de alerta. De cara a la nueva etapa que se avecina, esto queremos transmitir, afirmándolo tal vez sin una carga de dramatismo que obstaculice, pero sí con claridad y rotundez.
Una acción estratégica que tal vez califique el tenor de la próxima etapa es la anunciada por la Presidente en ocasión de verter un concepto infrecuente:
La Ruralidad Industrial. Se propone al respecto, involucrar a centenares de núcleos poblacionales, localizados en las proximidades de las áreas de explotación rural extensivas , para instalar industrias dedicadas al agregado de valor a los productos primarios de origen agropecuario. La racionalidad de este trazado productivo optimizando costos , además y fundamentalmente destraba la rígida dependencia de esas comunidades, que hoy día actúan como sólo proveedoras de servicios de las empresas explotadoras del recursos primarios.
Este proyecto sólo es sustentable con una infraestructura eficiente de transportes viales y ferroviarios, aéreos y fluviales. Muchas de estas obras ya están iniciadas en diversas localidades del país: Rehabilitación de FFCC Gral. Belgrano vinculación Chaco-Formosa-Salta; Nuevas rutas de cabotaje de AA, actualmente reestatizada. ; Reapertura de Astilleros Tandanor y Río Santiago. Remodelación del Puerto de Rosario, Obras de dragado del Río Paraná para tornar operativos los puertos del litoral, Proyecto de conexión vial bioceánico. El aliento a estas transformaciones estructurales, ávidas de desarrollo tecnológico, es otra señal fuerte que reorienta el modelo productivo del interior del país y que impactará, además, el perfil demográfico de nuestra sociedad
Vemos pues que en este abanico de posibilidades es decisiva la Función del Estado. Revalorizar su rol, discutir sus características para adecuarlas al nuevo tiempo, pensar nuevas formas jurídicas y organizacionales, recrear su estima social, promover un fuerte compromiso de la comunidad toda y de sus propios agentes, pensar cómo maximizar sus recursos, es un proceso necesario a asumir. Carta Abierta debería actuar para instalar esta temática en el seno de la sociedad. Esta Comisión desde su especificidad está decidida a hacerlo.
Los bordes de la Palabra
En nuestra cotidianeidad, en nuestras profesiones, en nuestro imaginario hay un destino de palabras recurrentes. A veces se hace necesario resignificar términos y conceptos para hacer tabla rasa con ciertos esquemas que sobredeterminan nuestro pensamiento y hasta nuestra inspiración.
El poder hipnótico que algunas palabras derraman sobre las ideas es de tal magnitud que muchas veces nos escudamos evitándolas, a pesar de que puedan ser imprescindibles, valiosas o simplemente bellas.
El vocablo que más se reitera en las discusiones, documentos y misceláneas de esta Comisión es, sin dudas, la palabra Desarrollo. Hasta el propio nombre de la misma está impregnado de su “ maledicencia ”
La palabra maldita trae resonancias de un tiempo de desasosiego en nuestro país. Un tiempo de desarrollismo que declamaba los beneficios de la industrialización de base, de la explotación de los recursos naturales, sobre todo del petróleo, mientras colocaba al general norteamericano Thomas Larkin al frente del Plan destinado a desmantelar la red ferroviaria que había alcanzado la friolera de 47.000 km de extensión. La entrega del petróleo, el intento de hacerlo con el aluminio y la carne, finalmente la represión y confinamiento de dirigentes sociales terminaron por desnudar la cara oculta de aquella cultura política. A partir de entonces, en parte de la sociedad argentina y en muchos espacios de pensamiento progresista, se instaló esa desafortunada asociación entre desarrollo y desarrollismo
A nuestro juicio, el desarrollo en sí mismo no tiene virtud si no está destinado a producir aportes significativos para resolver las necesidades de los más postergados.
En este ciclo político se ha vuelto a poner énfasis en la Justicia Social y su manifestación más elocuente tal vez sea no haber escondido la existencia ni las causas de los problemas sociales. Desarmar la Policía y la determinación de no reprimir la protesta social es un rasgo pletórico de democracia. Los beneficios del desarrollo como contribución al ideal de la Justicia Social, adquieren también un carácter democrático profundo.
La determinación política de inclusión social y redistribución de la renta en estos días, conlleva la necesidad de enfrentar a los sectores de poder concentrado. Con las dificultades que ello implica, es innegable que este gobierno asume el enfrentamiento. El desarrollismo histórico, por el contrario, renunció ( ¿complacientemente?, valga la duda) a pelear por el interés nacional.
Por ello no existe, a nuestro juicio, la mínima razón para vincular Desarrollo con desarrollismo, ni con la orientación que pretendió atribuirle, otrora, la ya casi desapercibida Alianza para el Progreso.
La resignificación del término Desarrollo, una palabra con borde filoso, también es una batalla política necesaria. El término Patria, apropiado durante la mayor parte del siglo pasado por los sectores vernáculos de la reacción, también está en disputa, no sólo en nuestro país si no también en la Región. En ese carril hemos tomado la delantera. Prosigamos entonces, dando cuenta del Desarrollo como instrumento de y para la Democracia, no de las corporaciones.
Mañana mismo…….
Correrán ríos de futuro por la diversa topografía de la patria. En la pampa húmeda dejarán huellas de caracol tratando de alcanzar el mar. En la Cordillera saltarán al abismo para encontrarse con la piedra milenaria de los mapuches. El sol calentará la semilla y la luna pacientemente aguardará el brote. En el Malbrán habrán bautizado la última bacteria. Nuevos rieles empecinarán su paralelismo sobre aquella topografía y por los poros de la montaña, en Neuquén, un ignoto gas despertará de la siesta. Todos esos lugares esperan a la Tecnología, extrañamente no le temen, como algunos suponen
.”Inventamos o erramos”,…….. dijo el maestro.
Setiembre de 2011
Comisión de Desarrollo Tecnológico de Carta Abierta
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